El Senado de la República de Colombia tuvo que aprobar, en su último debate, la esperada reforma laboral, impulsada con determinación por el gobierno de Gustavo Petro. Esta aprobación, que tuvo lugar el pasado 17 de junio de 2025 con un contundente respaldo de 57 votos, marca un hito crucial en la dignificación de las condiciones de millones de trabajadores colombianos.
Lejos de ser un simple ajuste, esta reforma es el resultado de un compromiso firme del gobierno por saldar una deuda histórica con la clase trabajadora, buscando revertir décadas de precarización laboral y apuntando a una justicia social más equitativa en el país.
La esencia de esta reforma radica en la recuperación de derechos fundamentales que se habían perdido o debilitado con el tiempo. Uno de los puntos más celebrados es el restablecimiento de la jornada nocturna a partir de las 7:00 p.m., lo que se traduce en un mayor pago por más horas de trabajo en horario nocturno para miles de colombianos.
Asimismo, el aumento progresivo del recargo dominical y festivo al 100% es una reivindicación largamente anhelada, que reconoce el valor del descanso y el tiempo familiar. Estas medidas representan un alivio directo al bolsillo de los trabajadores y un reconocimiento a su esfuerzo, corrigiendo desequilibrios pasados.
El liderazgo del presidente Petro ha sido fundamental para sacar adelante esta reforma, enfrentando una considerable oposición y superando obstáculos en el Congreso. La insistencia del Gobierno en que el contrato a término indefinido sea la norma, limitando la duración de los contratos temporales, es una muestra clara de su compromiso con la estabilidad laboral y la seguridad jurídica para los empleados. Adicionalmente, la reforma garantiza plenos derechos laborales y de seguridad social para los aprendices del SENA, elevando su condición y asegurando un futuro más digno para las nuevas generaciones de profesionales. La inclusión de garantías para los trabajadores de plataformas digitales y cuidadores, además del auxilio de conectividad para teletrabajadores, demuestra la visión progresista de la reforma, adaptándose a las nuevas realidades del mundo laboral.
Si bien el proyecto aún debe pasar por un proceso de conciliación entre los textos del Senado y la Cámara, el avance logrado es una victoria significativa para su administración y, sobre todo, para los millones de colombianos que verán mejoradas sus condiciones de empleo.
